EL CUERPO HUMANO FUNCIONA COMO UN SISTEMA DE CUERDAS
Y PALOS EN PERMANENTE EQUILIBRIO, CUALQUIER MODIFICACIÓN
QUE SE HAGA EN UNA PARTE DEL MISMO, MODIFICA TODO EL
SISTEMA.
La fascia es una estructura de tejido conectivo, que se extiende por todo el cuerpo, como una red tridimensional. Tiene un aspecto membranoso y conecta y envuelve a todas las estructuras del cuerpo, vísceras, huesos, arterias, músculos, ligamentos, nervios, vasos sanguíneos, como si fuera una segunda piel
Esta se puede deslizar y desplazar, para facilitar todos los movimientos corporales, el latido del corazón, la elevación de un brazo, la expansión pulmonar al espirar e inspirar, etc…
Es capaz de ir adaptándose y repartir las tensiones del cuerpo y recuperar la forma original, en cuanto ha cedido la tensión.
El problema de estas fascias, se produce cuando por la continuidad de malas posturas o inmovilizaciones prolongadas, el colágeno (sustancia proteínica que se encuentra en el tejido conjuntivo, óseo y cartilaginoso, y que por la acción del calor se convierte en gelatina) de esta fascia tiende a acortarse y endurecerse, apareciendo las pequeñas lesiones. Al ser una red tridimensional, y estar todo conectado, una restricción fascial en una parte del cuerpo, va a afectar a los tejidos próximos y lejanos, además de afectar al normal funcionamiento del sistema esquelético y visceral de nuestro cuerpo, con problemas en la coordinación muscular y propiocepción (sentido que informa al organismo de la posición de los músculos).
El trabajo terapéutico de esta fascia, es importante para restaurar el balance tensional y lo que permite trabajar a distancia de la zona dolorosa.
La realización de estiramientos adecuados y los masajes, contribuyen a mantener la musculatura y la fascia en buen estado de funcionamiento y por lo tanto, un cuerpo saludable.
Carlos Alvarez Vázquez. – CENTRO DE MASAJES-LEÓN –
