El nervio ciático es el más largo y voluminoso del cuerpo humano, se ramifica en la zona lumbar y se extiende hasta los pies. Cuando este nervio sufre alguna compresión o irritación en su recorrido produce un conjunto de síntomas que se conoce como ciática.
Este nervio se forma de las raíces lumbares L4-L5 y del sacro S1-S2, pasa por el agujero ciático y por detrás del músculo piramidal o pisiforme. Este lugar de paso del nervio es uno de los puntos calientes en esta patología, ya que cualquier alteración del tono muscular del pisiforme repercutirá directamente sobre el nervio.
Este nervio sigue su recorrido por la parte posterior de la pierna (zona isquiática) y al alcanzar la fosa poplítea (detrás de la rodilla) se divide en dos ramas, interna y externa, y estas dos ramas a su vez en más ramificaciones hasta llegar al pie.
SINTOMAS
- El dolor o parestesia (sensación de hormigueo), se irradia desde la parte baja de la espalda o el glúteo y continúa detrás de la rodilla, llegando en ocasiones hasta el pie. En casos muy extremos la compresión del nervio puede llegar a imposibilitar la movilidad de la pierna.
- Los síntomas suelen empeorar al estar de pie o sentados largos períodos de tiempo.
- Producir contracturas musculares de los músculos adyacentes.
CAUSAS
- Hernia discal lumbar: Que provoca irritación en la salida de la raíz nerviosa.
- Síndrome del piramidal: Cuando este músculo comprime el nervio ciático por exceso de tono o contractura, se le denomina –falsa ciática- ya que sus síntomas son similares, en este caso el dolor referido no suele bajar de la altura de la rodilla.
- Fractura de pelvis o disfunción de la articulación sacroilíaca.
- Estrechamiento del agujero de conjunción: El espacio vertebral por donde sale el nervio.
- Enfermedades sistémicas como la diabetes mellitus.
TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN
Es importante el buen diagnóstico de la lesión que debe ser proporcionado por un profesional de la salud para que el tratamiento sea individual y personalizado.
Como norma general, en las primeras 24-72 horas se puede aplicar calor por su efecto sedante y analgésico. Transcurrida la fase aguda es aconsejable, previo diagnóstico, tratamiento de fisioterapia como pueden ser movilizaciones, estiramientos musculares, técnicas de masaje para liberar el nervio.
El tratamiento farmacológico incluye analgésicos y antiinflamatorios.
Para la prevención es importante, no levantar objetos pesados, una buena higiene postural de la columna, hacer ejercicios para fortalecer espalda y abdomen, no estar de pie durante tiempo prolongado y mantener un peso adecuado.
Carlos Alvarez Vázquez. – CENTRO DE MASAJES-LEÓN –